La próxima vez que salgas de casa y escuches a alguien gritarte, llamarte sexy o hacer ruidos de besos, no te enojes y reacciones, solo tómate una selfie. Sí, con la catcaller .
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Es una práctica que Noa Jansma, una estudiante de Ámsterdam de 20 años, ha incorporado a un proyecto de Instagram en toda regla llamado #DearCatcallers.
A partir de agosto y durante más de un mes, Jansma se tomó una selfie con cada persona que llama o grupo de personas que se atreven a acosarla verbalmente en la calle. Las leyendas de las fotos detallan cómo el acosador ejecutó el acoso, ya sea acechándola durante minutos o gritándole desde la ventana de un automóvil.
Al abrir publicaciones para el proyecto, Jansma escribió que su objetivo era crear conciencia sobre la objetivación cotidiana de las mujeres de una manera que revela el contexto de estos encuentros con el acoso callejero, pero también se vuelve a empoderar a sí misma dentro de la situación.
'#DearCatCallers, no es un cumplido ... Al hacer la selfie, tanto el objetivador como el objeto se ensamblan en una composición. Yo mismo, como el objeto, parado frente a los catcallers representa la relación de potencia invertida que es causada por este proyecto ”, escribió Jansma.
Al desplazarse por la página de Instagram, la audiencia aprende algunas cosas desde el principio: los acosadores callejeros de los que toma fotografías son todos hombres, de diferentes edades y etnias de solo hombres, tal vez incluso de hombres en grupos de dos o tres. Su acoso se lleva a cabo en una miríada de lugares, con Jansma vistiendo varios atuendos y peinados, caminando en diferentes momentos durante el día.
El detalle más llamativo, sin embargo, es cómo se presentan los hombres en estas selfies. Jansma, con cara de piedra y nada impresionado, mira la lente o la pantalla, pero estos hombres ... sonríen. Muestran los dientes, levantan las manos y los brazos en una pose, ocupando espacio. A veces incluso se sienten tan envalentonados como para ponerse junto a ella y poner su brazo alrededor de Jansma, apoyando sus manos en su hombro.
Según una entrevista que Jansma hizo con el periódico holandés Het parool , como traducido por Independiente , solo uno de los hombres le preguntó por qué quería tomar la foto.
'No sospechan en absoluto porque encuentran lo que hacen completamente normal', dijo Jansma. Het parool .
Estos hombres no expresan vergüenza, porque no sienten vergüenza. No tienen idea de que lo que están haciendo no es invitado, parece patético y, a menudo, hace que el objetivo de su acoso se sienta violado. Jansma demuestra que los hombres simplemente no lo entienden.
Estos mismos hombres discuten con las mujeres en los comentarios de las publicaciones de Jansma, parloteando con las excusas típicas de por qué los abucheos deben verse como inofensivos y divertidos: las mujeres deben sentirse halagadas de ser felicitadas, y que los hombres se autocensuren, se consideraría “social supresión ”, como dijo uno de los comentaristas.
Por supuesto, incluso más reveladoras que las fotos de hombres riendo y saludando detrás de ella son las que no existen. Si bien Jansma compartió 24 fotos de sus abucheos, las que nos hemos perdido son las de acosadores que hicieron que Jansma se sintiera demasiado insegura para pedir una foto. Ahí radica la verdad de los abucheos: para los hombres, el acoso callejero es un juego, pero para las mujeres, pone sus vidas en peligro.
Con su proyecto de un mes terminado, Jansma ya hizo una llamada a otras mujeres que podrían sentirse envalentonadas para avergonzar públicamente a sus abucheos. Y aunque el acoso callejero en Ámsterdam se castigará con una multa a partir de enero, Jansma siente que la ley, aunque simbólica, será difícil de imponer.
'Para demostrar que es un fenómeno global y que este proyecto de arte no se trata solo de mí, pasaré la cuenta a diferentes chicas de todo el mundo', escribió Jansma, alentando a las mujeres a enviarle un mensaje directo y enviarle su propia # Publicaciones de DearCatcallers. “Gracias por todo el apoyo y los mensajes. Ha dejado en claro que los abucheos siguen siendo una ocurrencia común con la que muchos de nosotros estamos lidiando '.
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